viernes, 2 de septiembre de 2011

CONTACTO O SIN ÉL

Si recurrimos a la R.A.E., vemos que la primera acepción para la palabra contacto dice “acción y efecto de tocarse dos o más cosas”. Evidente, hay más, pero de momento, nos centramos en ésta.

Según dicha definición, el contacto es algo físico, en el que juegan un importante papel los sentidos, pero sobre todo, el tacto. Y es que la propia palabra nos lo está diciendo claramente: con-tacto.

Sin embargo, la revolución de internet y las redes sociales han dado un nuevo sentido a este concepto, dejando obsoleta la parte del tacto, puramente físico. Entonces ¿se ha perdido la esencia del concepto original?

Hoy en día, ‘tener contacto con alguien’ se refiere simplemente a la existencia de un vínculo entre dos personas, del tipo que sea: amigos y familiares, colegas del trabajo, usuarios de foros, conocidos de facebook, seguidores de twitter…

De hecho, el quinto significado de contacto en el diccionario de la R.A.E. es la “relación o trato que se establece entre dos o más personas o entidades”. Esta definición no hace referencia directa al tacto, pero menciona las palabras ‘relación’ y ‘trato’, que pueden considerarse sinónimos de ‘contacto’.

Pero hay un hecho que llama mi atención: a pesar de todas las vías comunicativas no presenciales que tenemos hoy en día para establecer contacto, hablar y relacionarnos, o intercambiar información con todo tipo de gente, seguimos quedando en un sitio a una hora: ¿por qué?

Pues porque en el fondo, el hecho de poder ver la cara y las expresiones de la persona con la que hablas, tocarla, olerla… En definitiva, tener un contacto físico real nos aporta sensaciones que no podemos captar a través de aparatos deshumanizados, como un móvil o una pantalla.

Por eso decimos frases como “tengo ganas de verte”, “¿cuándo quedamos?” o “eso mejor te lo cuento cuando nos veamos”. Y precisamente por esto, definitivamente, con-tacto.